Problemas que se plantea el autor
Explica que el problema de la educación no debe estar aislado como una institución neutral, desde la cual se resuelvan todos los problemas de la sociedad, sino que en conjunto con los demás espacios sociales, aprovechen este portal para desembocar ahí el apoyo de cada una de las instituciones, procurando así, resolver entre todos los problemas que agobian al ser human@.
Además de replantearse la educación tradicional, ya que hemos estado viviendo cambios y transformaciones severas a partir del sistema económico vigente, por ello debemos ir cambiando los objetivos de la educación y el currículo en general, basándonos en las necesidades de hoy; nuestros valores transmutan, no son los mismos valores los de un niño de la década del 90, a los de los niños de principios de siglo. Pese a la brecha generacional, no debe ser obstáculo para comprender de qué manera se organizan los jóvenes de hoy, hay que actualizarse o morir, a fin de cuentas la esperanza de transformación, los bríos de rebeldía y fuerza revolucionaria siempre la traerán en su ethos los más jóvenes, no obstante no debemos dejar que ese motor se apague con el tiempo, aunque sigan existiendo los problemas, debemos insistir en la lucha, y por ello, se deben establecer nexos fuertes con los jóvenes, comprender su sistema de valores sin menospreciarlo, pues todos debemos ser partícipes de una mejor ciudadanía.
Comprender las raíces y el currículo oculto de la sociedad globalizada nos llevará a hacer conciencia sobre los cambios que están surgiendo y nos dirige a luchar porque la sociedad no se estanque en el individualismo, dejando de lado la convivencialidad y socialización bajo la bandera de la tolerancia.
El autor hace mención de los dos principios fundamentales de la educación para todos, uno es el adaptar a las nuevas generaciones a los modos de producción y otro es el derecho inalienable que tienen los seres humanos de obtener un conocimiento universal, que facilite la preservación de una sociedad democrática; el problema surge cuando se le adjudica a la escuela el papel de corregidora de todos los males, dejando fuera la participación de tod@s los actores sociales en la educación que le correspondería: valores, democracia, honestidad, igualdad, participación política, responsabilidad, solidaridad, etc…, pese a ello la sociedad se despreocupa, endilgando todo problema de educación a la escuela; un ejemplo son los padres que se ven obligados a llevar desde pequeños a sus bebés a una guardería, que se convierte en institución desde el momento en que repite y reproduce los estereotipos de una sociedad establecida que le otorga cierto rol a la niña y al niño, todo ello para preservar las relaciones de poder; en algunos padres prevalece la idea de que la escuela le educará a los hijos para hacerlos personas de bien, y lo más negativo es que el sistema lo pide, como si fuera un fin natural, pues los padres se ven en la obligación de trabajar arduamente para sobrevivir en la jungla citadina, descuidando así la educación familiar.
Propone como solución la relación entre educación y ciudad, incorporando políticas que responsabilicen a todos y todas, en un ambiente en que se articule y vincule toda actividad en pro de la educación.
Preguntas que me generan y situaciones que me permiten pensar
¿Cómo proveer de enseñanza a una generación que se le hace ilógico obtener conocimientos cuando todo lo tiene al toque de un botón?, las nuevas generaciones nacen ya bombardeadas con la técnica, todo lo que sea teoría les huele a absurdo, ellos necesitan producir, enfrentarse a un mundo globalizado que pide técnicos competentes, amigos de la máquina, amorosos de la modernización e industrialización.
¿Por qué se relegan las disciplinas que juegan un papel tan importante en la espiritualidad de los hombres y mujeres?, cuando el lenguaje es tan elemental para comprendernos a nosotros mismos y al mundo que nos rodea, si no podemos decir, si no somos capaces de explicar algún fenómeno, estamos cegados ante las maravillas que nos ofrece el universo; cómo es posible que seamos capaces de explicar de qué manera funciona un chip de computadora, pero no sabemos decir un sentimiento.
Otra disciplina crucial es la filosofía y la literatura, nosotros no queremos un mundo rodeado de ruidos industriales, no deseamos un mundo humanamente muerto, donde seamos esclavos del artefacto y vayamos por el mundo enajenados, aceptando como natural la polución, el ruido ensordecedor (que se vuelve silencioso por aceptarlo) de las ciudades, la explotación como una parte del sistema que “algunos” pobres deben jugar (pues si no… ¿quién se encargaría?); la filosofía nos permite comprender los por qué y para qué de la existencia, al nacer nos dan de beber un mundo con todo y reglas, valores y deberes, que a veces resulta absurdo, no tenemos que conformarnos y aceptar este mundo como una realidad intransformable, no es válido que a l@s niñ@s nos digan cómo “deben ser” las cosas y si preguntamos el por qué, se nos responda con un “porque así es”. Que desilusión que se preserve un sistema que ni los adultos tienen explicación válida de por qué estamos así, sin cuestionarlo, dejándose arrastrar por la pereza de corazón.
Las disciplinas humanistas nos permiten ver más allá, abrir los ojos bien abiertos ante un currículo oculto de vida que nos presentan tanto los medios, como la escuela, la iglesia e incluso la familia, todos ellos alienados.
Un factor que llama mi atención es la manera en que la familia deposita su confianza en la escuela y cuando observa en el hijo una capacidad de independencia, de autosuficiencia y rebeldía ante lo establecido -por haber sido formado en crítica, en razonamiento ante los problemas que acontecen, poniendo en tela de juicio todas las instituciones, revirtiendo su sistema de valores- la familia cae en choque, recriminando a la institución educativa el haber des-educado al hijo, por hacerlos rebeldes y contestatarios; a mi parecer, ese debería ser un buen estudiante.
Otra cuestión educativa que me resulta problemática y que alude el autor, es la cohesión educativa; desde que algo se convierte en imposición, deja de tener sentido, así somos los seres humanos y me resulta positivo, cuando se realice alguna actividad, debe ser por el gusto de hacerlo, teniendo en cuenta los propósitos de la educación, sabiendo que será de utilidad espiritual y de habilidades en un futuro inmediato; mas si se nos dice que la educación es obligatoria, sin explicar un por qué, todo intento será fallido, a menos de estar conciente de que la educación es liberación.
Conceptos que pone en juego
Educación, herencia cultural, des-responsabilización social, cohesión educativa, relación entre educación y ciudad, compromiso colectivo.
Explica que el problema de la educación no debe estar aislado como una institución neutral, desde la cual se resuelvan todos los problemas de la sociedad, sino que en conjunto con los demás espacios sociales, aprovechen este portal para desembocar ahí el apoyo de cada una de las instituciones, procurando así, resolver entre todos los problemas que agobian al ser human@.
Además de replantearse la educación tradicional, ya que hemos estado viviendo cambios y transformaciones severas a partir del sistema económico vigente, por ello debemos ir cambiando los objetivos de la educación y el currículo en general, basándonos en las necesidades de hoy; nuestros valores transmutan, no son los mismos valores los de un niño de la década del 90, a los de los niños de principios de siglo. Pese a la brecha generacional, no debe ser obstáculo para comprender de qué manera se organizan los jóvenes de hoy, hay que actualizarse o morir, a fin de cuentas la esperanza de transformación, los bríos de rebeldía y fuerza revolucionaria siempre la traerán en su ethos los más jóvenes, no obstante no debemos dejar que ese motor se apague con el tiempo, aunque sigan existiendo los problemas, debemos insistir en la lucha, y por ello, se deben establecer nexos fuertes con los jóvenes, comprender su sistema de valores sin menospreciarlo, pues todos debemos ser partícipes de una mejor ciudadanía.
Comprender las raíces y el currículo oculto de la sociedad globalizada nos llevará a hacer conciencia sobre los cambios que están surgiendo y nos dirige a luchar porque la sociedad no se estanque en el individualismo, dejando de lado la convivencialidad y socialización bajo la bandera de la tolerancia.
El autor hace mención de los dos principios fundamentales de la educación para todos, uno es el adaptar a las nuevas generaciones a los modos de producción y otro es el derecho inalienable que tienen los seres humanos de obtener un conocimiento universal, que facilite la preservación de una sociedad democrática; el problema surge cuando se le adjudica a la escuela el papel de corregidora de todos los males, dejando fuera la participación de tod@s los actores sociales en la educación que le correspondería: valores, democracia, honestidad, igualdad, participación política, responsabilidad, solidaridad, etc…, pese a ello la sociedad se despreocupa, endilgando todo problema de educación a la escuela; un ejemplo son los padres que se ven obligados a llevar desde pequeños a sus bebés a una guardería, que se convierte en institución desde el momento en que repite y reproduce los estereotipos de una sociedad establecida que le otorga cierto rol a la niña y al niño, todo ello para preservar las relaciones de poder; en algunos padres prevalece la idea de que la escuela le educará a los hijos para hacerlos personas de bien, y lo más negativo es que el sistema lo pide, como si fuera un fin natural, pues los padres se ven en la obligación de trabajar arduamente para sobrevivir en la jungla citadina, descuidando así la educación familiar.
Propone como solución la relación entre educación y ciudad, incorporando políticas que responsabilicen a todos y todas, en un ambiente en que se articule y vincule toda actividad en pro de la educación.
Preguntas que me generan y situaciones que me permiten pensar
¿Cómo proveer de enseñanza a una generación que se le hace ilógico obtener conocimientos cuando todo lo tiene al toque de un botón?, las nuevas generaciones nacen ya bombardeadas con la técnica, todo lo que sea teoría les huele a absurdo, ellos necesitan producir, enfrentarse a un mundo globalizado que pide técnicos competentes, amigos de la máquina, amorosos de la modernización e industrialización.
¿Por qué se relegan las disciplinas que juegan un papel tan importante en la espiritualidad de los hombres y mujeres?, cuando el lenguaje es tan elemental para comprendernos a nosotros mismos y al mundo que nos rodea, si no podemos decir, si no somos capaces de explicar algún fenómeno, estamos cegados ante las maravillas que nos ofrece el universo; cómo es posible que seamos capaces de explicar de qué manera funciona un chip de computadora, pero no sabemos decir un sentimiento.
Otra disciplina crucial es la filosofía y la literatura, nosotros no queremos un mundo rodeado de ruidos industriales, no deseamos un mundo humanamente muerto, donde seamos esclavos del artefacto y vayamos por el mundo enajenados, aceptando como natural la polución, el ruido ensordecedor (que se vuelve silencioso por aceptarlo) de las ciudades, la explotación como una parte del sistema que “algunos” pobres deben jugar (pues si no… ¿quién se encargaría?); la filosofía nos permite comprender los por qué y para qué de la existencia, al nacer nos dan de beber un mundo con todo y reglas, valores y deberes, que a veces resulta absurdo, no tenemos que conformarnos y aceptar este mundo como una realidad intransformable, no es válido que a l@s niñ@s nos digan cómo “deben ser” las cosas y si preguntamos el por qué, se nos responda con un “porque así es”. Que desilusión que se preserve un sistema que ni los adultos tienen explicación válida de por qué estamos así, sin cuestionarlo, dejándose arrastrar por la pereza de corazón.
Las disciplinas humanistas nos permiten ver más allá, abrir los ojos bien abiertos ante un currículo oculto de vida que nos presentan tanto los medios, como la escuela, la iglesia e incluso la familia, todos ellos alienados.
Un factor que llama mi atención es la manera en que la familia deposita su confianza en la escuela y cuando observa en el hijo una capacidad de independencia, de autosuficiencia y rebeldía ante lo establecido -por haber sido formado en crítica, en razonamiento ante los problemas que acontecen, poniendo en tela de juicio todas las instituciones, revirtiendo su sistema de valores- la familia cae en choque, recriminando a la institución educativa el haber des-educado al hijo, por hacerlos rebeldes y contestatarios; a mi parecer, ese debería ser un buen estudiante.
Otra cuestión educativa que me resulta problemática y que alude el autor, es la cohesión educativa; desde que algo se convierte en imposición, deja de tener sentido, así somos los seres humanos y me resulta positivo, cuando se realice alguna actividad, debe ser por el gusto de hacerlo, teniendo en cuenta los propósitos de la educación, sabiendo que será de utilidad espiritual y de habilidades en un futuro inmediato; mas si se nos dice que la educación es obligatoria, sin explicar un por qué, todo intento será fallido, a menos de estar conciente de que la educación es liberación.
Conceptos que pone en juego
Educación, herencia cultural, des-responsabilización social, cohesión educativa, relación entre educación y ciudad, compromiso colectivo.
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