jueves, 27 de marzo de 2008

Reflexiones en torno a "La perspectiva de género" de Marta Lamas.

I
Observaciones

Me ilusiona saber que voy a poder comprender muchas cosas que había dado por sentadas, pues habiendo sido educada bajo los parámetros de un contexto (desigualdad, sexismo, limitaciones) personal conservador, tanto en la institución educativa como en la familiar, se formó en mi una persona que da por hecho muchas situaciones que no deberían ser llamadas “naturales”.
Pareciese que las mujeres tienen más oportunidades, pero creo que hay un ocultamiento o un “pan y circo” para entretener las demandas de las minorías que son “mayorías”.
Considero que si se promueve la perspectiva de género desde la educación, no sólo cambiará la discriminación hacia las mujeres, sino la de todo aquel que sea oprimido y segregado.
Éste es un problema real, incrustado en cada una de las esferas del ser humano, entonces se debe actuar desde lo interno, pues somos nosotros (personas, entes reales) quienes nos restringimos y no los abstractos del sistema.

Desde la familia se educa, desde la escuela se forma y desde la vida se des-educa, pero corresponde a los formadores el propagar una visión de igualdad y tolerancia ante La Diferencia entre los niñ@s y adolescentes; no obstante no se debe pensar que nosotros los adultos no podemos cambiar la actitud por haber sido educados en la vieja escuela.

II
¿Hay o no hay una relación entre la diferencia
biológica y la diferencia sociocultural?

Físicamente es evidente que somos diferentes, pero ello no implica que se tenga que sufrir desigualdades; hasta ahora, se han conseguido ciertos derechos, ¿pero se aplican en la realidad?, o ¿siquiera sabemos que los tenemos?

III
Jerarquías

¿Por qué se sigue repitiendo la cadena sin fin de adoptar un papel que ha sido inventado?, por ejemplo, en las relaciones de familia, el trabajo doméstico ha sido devaluado como una actividad que –no es trabajo-, por el hecho de que no es remunerada económicamente, ya que un pensamiento pobre argüiría que el factor económico es determinante para esta sociedad moderna, pues mientras más es pagada una actividad, pareciera que más respetada es.

Un problema a observar es el estancamiento que existe en las actividades internas de una familia, no se nos enseña a compartir, se nace con un destino predeterminado, aprender a compartir las actividades y obligaciones debería ser parte esencial de la educación tanto familiar como académica, pues de esa manera se rompería la tradición que resulta una obligación.
Otro problema es que en ese “pan y circo” que nos da la sociedad y las instituciones, se nos hace creer que por ocupar cargos importantes ya somos consideradas y ya existe la igualdad, pero el problema surge cuando se llega al hogar y aparte de la larga jornada de trabajo, también se tiene que llegar a realizar lo que por obligación corresponde a la familia compartir.

Otra inquietud que me surge es el por qué la misma mujer se sobaja y humilla entre su propio sexo, la identidad que nos hemos formado a partir de los mass media nos educa de una manera terrible, pues se nos implanta una forma de ser que oscila entre la ternura, lo banal y el capricho.
También he observado que en ciertas ocasiones cuando una mujer está en el poder, en lugar de ayudar a las de su mismo sexo a salir adelante, contribuye en discriminar, un ejemplo es cuando una mujer tiene un buen puesto y lo que hace es contratar a una mujer de clase baja para que se encargue de lo que “a las mujeres les corresponde”. Sería hermoso unirnos sin importar clase social.

Otra cosa que se debe de cuidar es lo que hasta ahora nuestras antepasadas en sacrificio han logrado, pues de no hacerlo, surge la imagen de Sísifo y su eterno trabajo inútil. Es nuestra responsabilidad mantenernos en la postura y en el actuar.

Me llama la atención un punto sobre el que versa la autora, el cual dice que en específico el problema de la mujer yace oculto o pareciese que la sociedad está ciega, no se ve pues el problema en su totalidad, gota a gota cae problema por problema y no permite ver el gran agujero y destrucción que trae el sexismo.

Con toda la historia personal, ¿cómo debilitar mi concepto de lo que es ser mujer sin dejar de serlo y promover en mi pensamiento y hechos la fortaleza que implica ser un Ser Humano?
¿Cómo hacer consciente mis tradiciones y costumbres y todo lo que me forma, para deseducarme y reeducarme bajo la perspectiva de la igualdad?

Me despierta interés la cuestión de las potencialidades, ¿por qué no se desarrolla el ser humano extendiendo sus alas a la historia? en vez de ello agacha la cabeza y tropieza con la conformidad y la idea de irla pasando por la vida. No pensamos en el factor tiempo, en que somos de carne y hueso y eventualmente desapareceremos, pero que mejor que hacerlo con la certeza de que contribuimos en cambiar la visión desesperanzada que a veces poseemos los seres humanos.

Desde pequeños se nos marca un límite acorde con nuestra sexualidad, la mente es muy fuerte y a veces es difícil deseducarse.
Otra duda que me surge es: ¿Cómo ser femenina sin caer en el rol que se nos ha asignado?, en distintas ocasiones me ha tocado caer en contradicción con mis ideales y con lo que siento que es ser mujer, todavía no me queda claro.
A fin de cuentas concluyo que soy sólo un ser humano y no debo limitarme, pero el no acceder a todo el mundo de lo femenino también me limita, ¿cómo establecer un equilibrio entre mi ser humano y lo femenino? ¿Existe lo femenino? o asimilar esta conducta aprendida significa ya discriminarme y limitarme…


Concluyendo, antes tenía mis reservas para con el feminismo, no entendía que muchas mujeres quisieran tomar el papel de “lo masculino” en cuestión incluso de comportamiento mimético, creo que ese feminismo no lleva a ningún lado, sino el que ve por el oprimido en todas sus caras.
Si sólo se reorganizara todo el concepto de sociedad desde la perspectiva de género, entonces las otras luchas también entrarían a la reestructuración de la relación entre ambos sexos.
Cuando se dan ciertos privilegios para mantener apagadas las transformaciones y el cambio, el espíritu se adormece, pero cuando se ha vivido en la miseria y en la opresión radical, es entonces y sólo entonces cuando el espíritu se habrá de despertar.

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