Analiza en primera instancia la categoría de género y su relación con otras disciplinas o campos sociales, observando que la idea de mujer u hombre son construcciones culturales y que no delimitan el ser de cada uno; además, añade que la cuestión de género es muy asociada a las mujeres, ya que la idea surge de la tradición feminista.
Antaño la mujer prefiguraba como un sujeto social determinado a ser desapercibido por la realidad histórica humana, así como los homosexuales, lesbianas, l@s negr@s, las etnias, y todo aquel marginado, todo lo que no sea el hombre blanco occidental, no obstante se ha venido luchando por de-construir esa visión de lo que “naturalmente” se es acorde con el sexo.
Rescato la idea de “masculinidad” puesto que no tenía idea de que se estaban haciendo estudios, mi propia cultura me hacia ver a los hombres liberados por haber tenido el poder desde tiempos inmemoriales, no obstante no lo están, pues la cultura les dicta cómo vestir (ellos no pueden usar falda, a menos que sea Escocia o algunas tradiciones), que deben ser fuertes, no llorar, cuidar de la mujer, quedarse al último cuando un barco se hunde, ser protector, no importa si se descuidan físicamente. Hay tantos arquetipos que limitan al hombre, quienes cortan cabello o se dedican a la belleza, al baile, son juzgados de afeminados. Me parece muy interesante estudiar al hombre y su construcción cultural, ya que significa desentrañar la historia y el poder mismo.
Me parece bien insistir en que la palabra género implica tanto a los hombres como a las mujeres y las relaciones que se establecen entrambos.
Una responsabilidad que le atañe a los estudios de género es lograr que las demás instituciones como la familia, la escuela, tomen conciencia de lo que significa una relación más equitativa y justa, con más libertad de elección y no una vida predestinada por el sexo.
La autora describe sobre el currículum oculto en el cual, desde la planeación de las clases, los horarios, la distribución de los espacios en el recreo, se observa la discriminación hacia la mujer.
La alternativa que ofrece la autora es esencial para que los profesores no sólo conozcan en teoría, sino también en práctica, ya desmenuzada la propuesta de género, ya que muchos profesores vienen de especialidades tan distintas que por nuestra propia cultura pasamos desapercibidas tantas prácticas discriminatorias, en las cuales formamos al alumn@ reproduciendo la cultura patriarcal.
Hacen falta estudios sobre lo cotidiano, comenta la autora, pues es ahí, en el aula donde la subjetividad aflora.
La escuela y la sociedad establecen pautas que son cómplices de la reproducción de género, si la escuela tuviera conciencia de género, la sociedad estuviera en transformación, y sí lo está, pero de manera muy lenta.
Antaño la mujer prefiguraba como un sujeto social determinado a ser desapercibido por la realidad histórica humana, así como los homosexuales, lesbianas, l@s negr@s, las etnias, y todo aquel marginado, todo lo que no sea el hombre blanco occidental, no obstante se ha venido luchando por de-construir esa visión de lo que “naturalmente” se es acorde con el sexo.
Rescato la idea de “masculinidad” puesto que no tenía idea de que se estaban haciendo estudios, mi propia cultura me hacia ver a los hombres liberados por haber tenido el poder desde tiempos inmemoriales, no obstante no lo están, pues la cultura les dicta cómo vestir (ellos no pueden usar falda, a menos que sea Escocia o algunas tradiciones), que deben ser fuertes, no llorar, cuidar de la mujer, quedarse al último cuando un barco se hunde, ser protector, no importa si se descuidan físicamente. Hay tantos arquetipos que limitan al hombre, quienes cortan cabello o se dedican a la belleza, al baile, son juzgados de afeminados. Me parece muy interesante estudiar al hombre y su construcción cultural, ya que significa desentrañar la historia y el poder mismo.
Me parece bien insistir en que la palabra género implica tanto a los hombres como a las mujeres y las relaciones que se establecen entrambos.
Una responsabilidad que le atañe a los estudios de género es lograr que las demás instituciones como la familia, la escuela, tomen conciencia de lo que significa una relación más equitativa y justa, con más libertad de elección y no una vida predestinada por el sexo.
La autora describe sobre el currículum oculto en el cual, desde la planeación de las clases, los horarios, la distribución de los espacios en el recreo, se observa la discriminación hacia la mujer.
La alternativa que ofrece la autora es esencial para que los profesores no sólo conozcan en teoría, sino también en práctica, ya desmenuzada la propuesta de género, ya que muchos profesores vienen de especialidades tan distintas que por nuestra propia cultura pasamos desapercibidas tantas prácticas discriminatorias, en las cuales formamos al alumn@ reproduciendo la cultura patriarcal.
Hacen falta estudios sobre lo cotidiano, comenta la autora, pues es ahí, en el aula donde la subjetividad aflora.
La escuela y la sociedad establecen pautas que son cómplices de la reproducción de género, si la escuela tuviera conciencia de género, la sociedad estuviera en transformación, y sí lo está, pero de manera muy lenta.
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