La autora se ubica después de la 2da guerra mundial, bajo las características de una sociedad industrial. Inicia describiendo los cambios que se han dado en la vida de la mujer, su participación en la educación de los hij@s, esto dependiendo de las condiciones en que viva. Un cambio importante ha sido la implementación de igualdad de oportunidades (aunque no se ha dado del todo). Esto se dio en parte con el motivo de que la familia apoyara más a la escuela, no obstante no se fomentaba la responsabilidad civil, se excluía a las madres, implicando directamente al padre en la educación de los hij@s. Esto era válido únicamente para la clase media alta, en la cual las madres eran vistas sólo como amas de casa y su función era la de cuidar al padre y a los hij@s, llamándole a este tipo de unión familia tradicional.
A pesar de que se considere a los padres como los responsables de la educación de los hij@s, a menudo o mayormente son las madres las que realizan dicha actividad.
Nos dice la autora, a pesar de que hoy día sea otro tiempo, que tengamos conciencia de género y las mujeres podamos acceder a la educación, de todas formas las obligaciones para con los hij@s siguen siendo para nosotras, habiendo una incongruencia entre la “igualdad de oportunidades” debido a que los horarios de la escuela no compaginan con los horarios del trabajo de una mujer, si está embarazada no la aceptan en un trabajo y discriminaciones de ese tipo; se debería respetar la elección que tiene la mujer (mas no como una condición natural, como se ha venido creyendo y se nos ha condenado por ello a ser amas de casa, domésticas), pues si decide tener hijos, la sociedad debería otorgarle más oportunidades y responsabilizarse con ellas, a fin de cuentas sólo la mujer puede hacerlo y la sociedad debe agradecerlo, por ejemplo: el Estado pudiese establecer programas para ayudar, darle tiempo de recoger a sus niñ@s, de establecer leyes en las cuales los padres también participen de todo el proceso, etc.
Otro tipo de discriminación es que se ha condicionado a las madres para que el trabajo de crianza lo vean como amor incondicional, mas no como un trabajo, menos aun remunerado, esto hace que las oportunidades sean para los hombres solamente, quienes tienen el tiempo para desarrollarse porque las mujeres están cuidando de sus hijos y esto es injusto.
¿Qué hay de las madres proletarias, quienes no tienen tiempo de preparar a sus hijos para ir a la escuela y tampoco la cooperación del padre?, la responsabilidad debe ser de ambos, si no se obtiene ayuda, la madre se desespera y el hijo también, por un lado ella espera que el hijo salga bien en la escuela por el esfuerzo que ella hace, por otro, él espera ayuda de ella pero si ella trabaja, las tareas deben ser compartidas.
Que terrible la situación a la que se enfrentan algunas mujeres, las cuales buscan superarse, cuando los esposos se oponen a que aprendan, ejerciendo así el poder y control.
Como conclusión, las mujeres/madres son, a pesar del esfuerzo y lo que significa, las que buscan superarse y entrar a estudiar para participar en la educación de sus hijos y su propia superación, aun más que los hombres.
A pesar de que se considere a los padres como los responsables de la educación de los hij@s, a menudo o mayormente son las madres las que realizan dicha actividad.
Nos dice la autora, a pesar de que hoy día sea otro tiempo, que tengamos conciencia de género y las mujeres podamos acceder a la educación, de todas formas las obligaciones para con los hij@s siguen siendo para nosotras, habiendo una incongruencia entre la “igualdad de oportunidades” debido a que los horarios de la escuela no compaginan con los horarios del trabajo de una mujer, si está embarazada no la aceptan en un trabajo y discriminaciones de ese tipo; se debería respetar la elección que tiene la mujer (mas no como una condición natural, como se ha venido creyendo y se nos ha condenado por ello a ser amas de casa, domésticas), pues si decide tener hijos, la sociedad debería otorgarle más oportunidades y responsabilizarse con ellas, a fin de cuentas sólo la mujer puede hacerlo y la sociedad debe agradecerlo, por ejemplo: el Estado pudiese establecer programas para ayudar, darle tiempo de recoger a sus niñ@s, de establecer leyes en las cuales los padres también participen de todo el proceso, etc.
Otro tipo de discriminación es que se ha condicionado a las madres para que el trabajo de crianza lo vean como amor incondicional, mas no como un trabajo, menos aun remunerado, esto hace que las oportunidades sean para los hombres solamente, quienes tienen el tiempo para desarrollarse porque las mujeres están cuidando de sus hijos y esto es injusto.
¿Qué hay de las madres proletarias, quienes no tienen tiempo de preparar a sus hijos para ir a la escuela y tampoco la cooperación del padre?, la responsabilidad debe ser de ambos, si no se obtiene ayuda, la madre se desespera y el hijo también, por un lado ella espera que el hijo salga bien en la escuela por el esfuerzo que ella hace, por otro, él espera ayuda de ella pero si ella trabaja, las tareas deben ser compartidas.
Que terrible la situación a la que se enfrentan algunas mujeres, las cuales buscan superarse, cuando los esposos se oponen a que aprendan, ejerciendo así el poder y control.
Como conclusión, las mujeres/madres son, a pesar del esfuerzo y lo que significa, las que buscan superarse y entrar a estudiar para participar en la educación de sus hijos y su propia superación, aun más que los hombres.
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